La pareja actual

Pareciera que con el tiempo ya no buscamos a una persona con la que compartir hasta el último de nuestros días. Ese tipo de relación que lograron nuestros antepasados a día de hoy parece imposible de conseguir. Sobre todo cuando miramos a la generación de nuestros abuelos nos damos cuenta de que habitualmente se conocieron jovencísimos y se casaban pronto. También es cierto que la situación global es tremendamente diferente, pero es curioso pensar en como han cambiado las relaciones de pareja en menos de un siglo.

Pertenezco a la generación Z, cuando cumplí 10 años los móviles ya existían desde hace tiempo. Posiblemente mis años de vida son en los que el mundo ha visto los cambios más radicales. Y no solo tecnológicamente, si no culturalmente. La globalización ha permitido que conozcamos diversas culturas desde mucho más cerca. Oriente está más cerca que nunca, incluso algo como la meditación, que pensábamos que solo harían monjes nepalíes está normalizado en nuestra sociedad. Esta globalización y todo este cambio que estamos sufriendo trae consigo gran cantidad de beneficios y alguna que otra mala noticia.

Las relaciones de pareja se han visto también afectadas por el desarrollo de nuestra civilización. La idea de formar una familia prácticamente ha desaparecido en la mente de los jóvenes. El ser humano es como cualquier animal, y la reproducción es una de sus principales funciones por las que vino al mundo. Es común escuchar a personas en sus 30 afirmando que nunca tendrán hijos, quizá lo estamos normalizando. Respeto la opinión de aquellos que piensan esto pero en mi caso la idea de formar un núcleo familiar me parece uno de los mayores regalos que nos ofrece la vida. Creo que esto está también directamente conectado con la habitual dificultad que hay hoy en día para encontrar a una persona con la que conectar y pensar en crear un proyecto de vida del estilo.

En la era de `Tiktok’, `Reels’, etc. la inmediatez está a la orden del día y ha provocado que nos cansemos más rápido, y necesitemos una constante fuente de dopamina que nos entretenga. Probablemente, nos haya sucedido algo parecido con las personas. Parece muy fuerte decir que nos cansamos de alguien, pero pasa. Una vez conoces la parte más interesante de una persona toca pasar a la siguiente. Es cierto que si después de conocer a alguien no hay una conexión inquebrantable, forzarlo no es una buena idea, pero siento que tampoco hay intención de buscar este lazo que una a dos personas.

Siempre habrá excepciones, y considero que debemos ser positivos en cuanto a este dilema. Con el tiempo nos daremos cuenta que las personas que no están dispuestas a formar una familia no son tantas como creemos.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar